lunes, 30 de abril de 2012

1° DE MAYO, DÍA DEL TRABAJADOR. "LA CLASE OBRERA,LA ÚNICA CLASE.."




1° de MAYO “DIA DEL TRABAJADOR”

“LA UNICA CLASE…”
Así definía a la clase obrera, el ideólogo de unos de los artículos más importantes de nuestra Constitución Nacional, cuyo ejemplo de persona y de militancia, nos marcara el camino dentro de nuestra historia radical y nos enseñara que la perseverancia en la lucha por los derechos de los trabajadores debe ser un apostolado donde no puede haber espacios  para las claudicaciones de ningún tipo.
Decía CRISOLOGO LARRALDE: "La clase obrera, la única clase, porque de su carne y de su sangre nacieron el sabio, el descubridor, el estadista, el sacerdote, el guerrero y el pacifista, el revolucionario y el verdugo, el poeta y el santo y hasta el rico… esa clase única está marchando y si no se demora en tratos venales, ni en la faena mercantil de su propio destino, llegara al campo abierto de la vida en libertad, con derechos totales, con seguridad y fuerza para afirmar el bienestar humano. Entonces todos seremos obreros de alguna obra"
Bastaría con dar un breve repaso sobre la historia de este incansable defensor  de las libertades políticas para saber que su derrotero no ha sido en vano, que las banderas del ideario radical siguen enarboladas por la vigencia del legado de su obra:
 El Artículo Nº 14 bis de la Constitución Nacional:
El trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes, las que asegurarán al trabajador: condiciones dignas y equitativas de labor; jornada limitada; descanso y vacaciones pagadas; retribución justa; salario mínimo vital móvil; igual remuneración por igual tarea; participación en las ganancias de las empresas, con control de la producción y colaboración en la dirección; protección contra el despido arbitrario; estabilidad del empleado público; organización sindical libre y democrática reconocida por la simple inscripción en un registro especial. Queda garantizado a los gremios: Concertar convenios colectivos de trabajo; recurrir a la conciliación y al arbitraje; el derecho de huelga. Los representantes gremiales gozarán de las garantías necesarias para el cumplimiento de su gestión sindical y las relacionadas con la estabilidad de su empleo. El Estado otorgará los beneficios de la seguridad social, que tendrá carácter de integral e irrenunciable. En especial, la ley establecerá: el seguro social obligatorio, que estará a cargo de entidades nacionales o provinciales con autonomía financiera y económica, administradas por los interesados con participación del Estado, sin que pueda existir superposición de aportes; jubilaciones y pensiones móviles; la protección integral de la familia; la defensa del bien de familia; la compensación económica familiar y el acceso a una vivienda digna para vivir.
Aquí están consagrados todos nuestros derechos, los de los trabajadores. El Estado solo tiene que cumplirlos, independientemente de los gobiernos democráticos de turno. Será la historia la que determine quienes tuvieron la voluntad política de hacerlo.
Podrán cambiar los tiempos, pero la historia no es solo un “relato oficial” basado en la “sintonía fina” del “vamos por todo”… la historia ya está escrita y cada uno de los actores políticos de la misma deberá  hacerse cargo de la parte que le toco escribir. La clase obrera tiene memoria y no olvida…
Nosotros, los trabajadores radicales tenemos nuestra propia historia escrita en las páginas del gremialismo argentino, una pertenencia germinada desde la militancia de base en aquellas organizaciones identificadas dentro del sindicalismo combativo, porque ya existía un sindicalismo antes de Perón y porque hoy existe otro sindicalismo más allá del peronismo.
Sostenemos fervientemente que la defensa de los derechos de los trabajadores y de su dignidad como tales, debe ser entendida como una lucha de tipo laica sin distinción de credos políticos y que la misma no debe estar sujeta a las concepciones verticalistas propias de las corporaciones partidarias, sino que tiene que ser una instancia superadora de las ideologías para convertirse en una herramienta capaz de transformar la realidad social, donde la clase obrera fue y será siempre un actor fundamental y protagonista preponderante de dichas transformaciones.
Esta clase obrera, a la que pertenecemos todos, es la misma clase que debió soportar, ya en democracia, las consecuencias de la política neoliberal en los 90. Hubo una fiesta y los trabajadores nunca fuimos invitados (jamás asistiríamos por cierto), pero la fiesta la tuvimos que pagar entre todos. Los que hoy aplauden este modelo nacional y popular, ayer vitoreaban al caudillo que aniquilaba las conquistas laborales, en connivencia con las corporaciones gremiales y su dirigencia entreguista. La llamada “revolución productiva”, que dejo miles de compañeros fuera del sistema, arrasó con sus privatizaciones y la reforma del estado, a toda una franja clasista que jamás pudo acceder a la malograda reconversión laboral. Distintos nombres, según la época, de un mismo apellido: “el peronismo”. De esto, y otras cosas más, deberán rendir cuentas ante el tribunal de la historia y de la memoria.
Pero todo tiene un límite moral y los trabajadores no queremos seguir pagando fiestas a costas de nuestra dignidad y de nuestros salarios, porque concebimos al Estado Nacional como el garante de las políticas para los tiempos y no como una unidad básica donde el pragmatismo coyuntural confunde soberanía con negociados, democracia con populismo y la republica con el partido.
Vamos a defender nuestras conquistas y los derechos que nos asisten como trabajadores desde nuestros puestos de lucha, desde la militancia de base, desde los espacios que ocupamos como dirigentes gremiales pero por sobre todas las cosas, desde nuestros principios doctrinarios acerca de cómo concebimos al movimiento obrero, un movimiento autónomo partidariamente, pleno de participación democrática, basado en el debate superador de ideas y en el respeto por el que piensa distinto.
Exigimos como brazo gremial del radicalismo retomar la discusión sobre temas puntuales que modifican permanentemente nuestra realidad como trabajadores y que este gobierno no pretende debatir, porque el modelo no lo permite o porque simplemente para el poder no son temas nacionales y populares.
Como trabajadores radicales queremos dar el debate y exigimos respuestas a los planteos realizados  por la UCR, sobre el 82% móvil, sobre el manejo transparente de los fondos sindicales y sus obras sociales, como así también sobre la derogación del impuesto a las ganancias de nuestros salarios, cuya concepción para el radicalismo es el de una prestación de carácter alimentario que no puede ser objeto de impuestos con fines confiscatorios.
En cuanto a los últimos acontecimientos cargados de violencia, declaramos que ninguna interna gremial debe resolverse a los tiros, porque no es una práctica democrática el hacerlo. Esa metodología corresponde a viejas épocas que esta dirigencia sindical corrupta, entreguista y claudicante aun sostiene. Como parte del movimiento obrero no vamos a permitir que se mancille la institucionalidad de las asociaciones sindicales por disputas de poder internas y personales.
“Los sindicatos no son de los peronistas, ni de los radicales, ni de los socialistas, ni de la izquierda… los sindicatos son exclusivamente de los trabajadores”
Por eso exigimos...DEMOCRACIA SINDICAL YA!!!
“EL TRABAJO QUE HOY FALTA ES POR LA KORRUPCION QUE NOS OPRIME”
EN EL DIA DEL TRABAJADOR SALUDAMOS A TODOS LOS QUE DIA A DIA SE SACRIFICAN PARA LLEVAR EL PAN A SUS HOGARES.


CLAUDIO CORREGIDOR         SEC. GENERAL.                                                       
DIEGO RAMÓN                          SEC. ADJUNTO
DANIEL GONZALEZ TURU      SEC. PRENSA Y DIFUSIÓN
                                                            


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